Entrenar duro no tiene que ir necesariamente relacionado con aburrirse. Está claro que la constancia y la repetición de ejercicios nos llevará a las adaptaciones que pretendemos, pero estas pueden venir desde muchos y muy variados estímulos.
Es por eso que ayer lunes hicimos un extenuante (pero divertido) entrenamiento en la playa, para lograr situaciones de alta fatiga muy generalizada, tal y como pretendemos corregir respecto a la planificación prevista, y que empezará a cobrar importancia a partir de la siguiente semana.
El objetivo del trabajo se consiguió a la perfección, ya que tanto Joan Munar como Alex Martínez acabaron literalmente "arrastrados" por la arena al final del último ejercicio. Como a mí me gusta decir, "si eres capaz de resistir el infierno, las carreras serán un paseo". Además, fuimos el espectáculo de numerosos turistas con color de gamba, ¿qué más queremos?
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